jueves, 29 de septiembre de 2011

Ayer y hoy (30)


30

No pasa nada, seguro que a Pedro se le ha terminado la batería. Me voy ahora mismo al Hospital Central.

- Adela, tengo que salir. Por favor, pídame un taxi.
- ¿Volverá?, lo digo por el expediente Hurtado. Me resulta imposible localizar a don Luis. El resto de la documentación está preparada.
- No, no creo que vuelva hoy por aquí. Por favor, lleve personalmente el expediente Hurtado al hotel.
- Señorita, ¿ha visto el expediente Hurtado?, ¿de verdad quiere que lo lleve al hotel?
- ¡Dios mío!, es cierto. Mejor será que lo deje en mi despacho. Tal vez vuelva más tarde a trabajar aquí.
- ¿Quiere que la espere?
- No, Adela, gracias, puede marcharse cuando termine su jornada laboral.
- Llámeme cuando quiera. Como le dije hoy no están los niños conmigo.
- Gracias, Adela, no quiero molestarla. Sólo una cosa más: ¿ha elaborado el informe resumen que le pedí?
- Sí, señorita, se lo iba a pasar ahora. También he elaborado uno específicamente sobre el expediente Hurtado.
- ¡Estupendo! Me llevaré los dos informes. Si antes de marcharse hay alguna novedad, me puede llamar al móvil ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Adiós, Adela, que tenga un buen día. Se me está haciendo muy tarde.
- Adiós señorita, cuídese. Su taxi la está esperando a la entrada.

Hurtado, ¿por qué Hurtado?. No puedo imaginar de qué se trata, además... ¡tantos documentos! Debe ser un expediente complicado. Leeré el informe que me ha preparado Adela (ahora no, Isabel, ahora no, deja el trabajo, tienes que llamar a Pedro, ¿recuerdas?, ahora tienes que preocuparte por Pedro y por Clara), es cierto, lo leeré más tarde, ahora llamaré a Pedro. Pedro Ruiz, Pedro Villar del Álamo, ¡mierda!, el teléfono de ese tipo está en mi móvil, no me lo puedo creer, lo voy a borrar (no, Isabel, no lo borres, puede serte útil), es verdad, mejor lo dejo, así, si me llama, sabré qué es él, para no contestar. Pedro, Pedro, nada. ¿Dónde estás Pedro Inciarte?. A ver, volveré a mira. Aquí, Pedro, hermano de Clara, me lo había pasado. Sí, parece que ahora suena la llamada.

- Hola Pedro, ¿qué ha pasado?, se cortó la comunicación
- Me quedé sin batería. Menos mal que aquí, en la sala de espera hay enchufes y ya está cargando.
- Voy en un taxi camino del Hospital Central, espérame, llego en cinco minutos.
- De acuerdo, Isabel, gracias. Necesito hablar con alguien, necesito hablar contigo.

No sé qué será lo que Pedro ha visto en la autopsia de Clara. No me hago la más mínima idea. Pero... por qué me mira tanto el taxista. ¡Dios mío!

- Hola, señorita, ¡entiendes!, ¿vaya casualidad!, ¡entiendes!
- ¿Cómo dice?
- Que soy yo, ¡entiendes! ¿no me recuerda? ¡entiendes!

6 comentarios:

  1. ¡Estamos!, para ser un simple ejercicio, tiene muy buena pinta, ¡entiendes! Creo que, la «otra», me gustará más, ¡estamos! Pero tal vez, debas pensar en aprovechar todo esto ¡entiendes!
    Salud y República. Admirada amiga.

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  2. jajajajja, me haces reir y eso es muy saludable,jajajajaj Ya me dirás cómo, jajajajaj. En fin, querido amigo. Salud y República

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  3. ¿Decirte yo? Recuerda, yo soy el alumno, tú la «seño». Tu escribes yo disfruto y admiro.
    Por cierto, te siguen unos cuantos amigos, ellos no se cansan de alabarte y yo de pavonearme, "jeje". No solo hay que dar malas noticias.
    Besos y versos

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  4. Claro, tú, tal vez tú conozcas a una editorial seria que le interesa esto, jajajajajajaj. Yo era "profe" pero ya no, ahora sólo escribo, jajajaja. Pues yo no veo a nadie por aquí sólo a ti, jajajjajaj Las malas noticas se dan solas. Versos y besos

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  5. Me expliqué mal, como siempre, no es este blog. Hoy mismo varios me han dicho cuanto le gustan tus poemas y relatos. No se me ocurre que no sea cierto. Incluso uno de ellos te ha escrito algo, creo.
    Una editorial ¿yo? Pero si hace poco más de un año que escribo y mejor ni enseñarlo. Jajajaja. Lo hago por simple placer (como todos) pero sin más. Besos y versos

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  6. Gracias Luis, muchas gracias. Es cierto que muchas personas me dicen que els gusta como escribo, tú también me lo dices, eso tiene una gran valor para mí. Tiene tanto valor que he decidido confiar en mi misma más que nunca: Hace dos meses dejé de trabajar (no, no me he jubilado, ni mucho menos) me refiero a dejar de trabajar en cualquier actividad que no sea escribir. Osea, que desde hace dos meses mi profesión es escribir. Y me lo tomo en muy enserio, hago un horario intensivo. Es decir, Luis que gracias, muchas gracias, tu apoyo es importante, el apoyo de quienes leen mis textos y les gusta es importante, porque me estoy dedicando en cuerpo y alma a escribir. Creer en mi misma es estupendo y lo es más que tú, que otras personas como tú crean en mi.
    Versos y besos, querido amigo.

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