lunes, 5 de septiembre de 2011

Ayer y hoy (10)


10

Todo se diluye a mi alrededor, me pesan las pestañas, los párpados quieren cerrarse y el sonido apenas perceptible me transporta a un lugar vacío, blanco, luminoso. Las palabras se han ralentizado, las bocas se deforman, apenas las comprendo.

- O i ga se ño ra ¿dó nde di ce que es ta ba el muer toooo?

Muerto, muerto, muerto, ¿qué muerto? Aquí sólo hay luz. Dos hombre con bata blanca quieren cortarme las orejas con una balón de reglamento. Todo es blanco, las paredes, las puertas. Escaleras que suben y personas que bajan. Mujeres disfrazadas de cisnes que se desplazan a cámara lenta en un lago simétrico. Hombres como centauros, con chaqueta blanca y pajarita. Todo me da vueltas, todo gira, los muebles, los instrumentos musicales, la habitación es un túnel enorme que se lo lleva todo.

Luz, luz, que alguien apague esa luz. Nos sentamos en butacas blancas, una orquesta interpreta el lago de los cisnes. El director es... ¡Oh, Dios mïo!, por qué está aquí, ¡que alguien me ayudeeeee”. No es una batuta lo que lleva en la mano, es mi pistola ¿por qué lleva en la mano una pistola ese hombre terrible? Toda la orquesta es blanca y llevan armas blancas, sus disparos blancos hacen blanco sobre un techo blanco, sangre blanca y espesa me salpica, lo salpica todo. Poco a poco todo se difumina, sólo queda el blanco, un blanco que me cerca, disfraza el Universo y los vestidos.

El conejo de Alicia lo va pintando todo con su brocha gigante y los hombres de blanco estiran mis orejas y las cortan de un tajo. Quiero gritar pero no me muevo, no puedo moverme. ¿Qué lugar es este? Todo es irreal, ilógico. ¿Pero por qué se ríen?, ¿qué quieren de mí?

- Despierte, señorita, despierte.

¿Por qué está él aquí?, ¿dónde estoy?, ¿cómo ha llegado aquí ese hombre? Tengo que gritar, tengo que salir de aquí como sea. ¿Por qué me miran todos? NO quiero que me miren.

- No grite, por favor, no grite, ¿qué le pasa?, ¿está despierta? Está en el hospital.

No me fío de nada ni de nadie. Me han drogado y me han llevado a un lugar extraño.

- Mis orejas, no siento las orejas ¿por qué me han cortado las orejas?

2 comentarios:

  1. Va siendo hora de que nos digas, «que narices», te ha hecho esa pobre mujer, para que le hagas pasar por todo eso.
    Saludos

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  2. jajajajajaja, Luis, eres un caso. No tengo nada en contra de mi protagonista, es su vida, no la mía la que se cuenta en esta novela, jajajaajajja
    Un fuerte abrazo

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