lunes, 19 de septiembre de 2011


21

Juan no está, no contesta, ¿estará de vacaciones?, ¿se habrá ido sin decirme nada? No me lo puedo creer. Lo he perdido, he sido tan estúpida que lo he dejado marchar.

- ¿Adela?
- Sí, dígame.
- Quiero que llames a Juan Delavert y le digas que necesito hablar con él urgentemente.
- ¿Está segura?
- Por supuesto que lo estoy, ¿por qué me preguntas algo así?
- Hace unos días me dijo usted que borrase de mi libreta todos los contactos con el señor Delavert y que...
- ¿Por qué iba a decirte algo así?, y ¿por qué me llamas de usted?, siempre nos hemos tuteado. Ven a mi despacho, por favor.

¿Cómo he podido hacer algo así?, ¿por qué de pronto Adela me llama de usted? No comprendo nada. Qué ha pasado los días que no recuerdo.

- Pasa, Adela, siéntate por favor. Explícamelo todo, todo lo que he dicho y hecho las últimas semanas que a ti te haya parecido extraño, diferente, no habitual en mí.
- No sé qué decirle. Yo siempre hago lo que usted me dice.
- Por favor, Adela, no me llames de usted, no me gusta que me llames de usted, somos una familia ¿no es eso?
- Lo siento, pero usted misma me dijo hace unas semanas, que no volviese a llamarla de tú o me ponía de patitas en la calle, eso fue lo que dijo. Yo la llamo de tú si quiere, pero no me despida, por favor, sabe que tengo dos hijos y estoy sola con ellos. Si dejo de trabajar, yo...
- No te preocupes, Adela, no pienso despedirte. Pero cuéntame más cosas, por qué te dije que borrase los teléfonos de contacto del señor Delavert.
- No sé por qué usted, perdón, tú querías que borrase los teléfonos del señor Delavert. Sé que él llamó las últimas semanas muchas veces, incluso vino aquí, pero usted, perdón tú, no querías recibirle, entonces me dijo usted, perdón, me dijiste tú que borrase sus teléfonos.
- Ya. ¿Hay algo más que tenga que saber?
- No sé a qué se refiere, perdón, te refieres.
- Pero Adela, ¿qué te pasa?, ¿por qué estás tan asustada?
- ....
- No te preocupes, Adela, no tienen nada que temer ¿vale? No voy a despedirte nunca.
- .....
- Tranquilízate, tómate unos minutos libres, ve a tomar café y vuelve al trabajo cuando estés tranquila. Toma, estos son los teléfonos del señor Delavert, intenta contactar con él y dile que venga o que me llame, que necesito urgentemente hablar con él.

No sé qué está pasando, no sólo no recuerdo lo que pasó ayer, no recuerdo lo que ha pasado en las últimas semanas. Tengo que comprender lo que está sucediendo, recordar, tengo que recordar, buscar los últimos recuerdos, antes de empezar a no recordar nada. ¿Qué es lo último que recuerdo? (piensa, Isabel, piensa) ¿dónde estaba antes de olvidarlo todo? Sí, así fue, ciertamente, había una fiesta, todo el mundo reía sin saber por qué, al menos yo no recuerdo por qué reía tanto, pero yo también estaba riéndome a carcajadas. Aquel hombre, es cierto, había un hombre joven, muy joven y guapo, muy guapo, me miraba, se acercó a mi, me dijo algo al oído, algo que me hizo dejar de reír (piensa, Isabel, piensa, recuerda, debes recordar), me dijo algo sobre mi vestido, sobre que me había visto antes, sobre nosotros. Era guapo, muy guapo. ¿Quién era?

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