miércoles, 28 de septiembre de 2011
Ayer y hoy (29)
29
Tengo que recapitular, comprender lo que está pasando en mi trabajo, lo que me pasa a mí; descubrir los porqué de todo este lío laboral, mental, real, soñado, que bulle en mi cabeza. Tengo miedo, tengo mucho miedo. Mi vida no es la vida que recuerdo. Todo es distinto, es como si yo misma fuese otra persona (lo eres, Isabel, lo eres, estás atravesando una crisis y en las crisis todo cambia) ¿una crisis?, no sé de qué me hablas, no estoy atravesando una crisis, estoy en el centro de un tsunami y no sé qué hacer, en quién confiar (tu instinto te ayudará a superarlo, como te ha ayudado siempre, no debes preocuparte), estoy preocupada, estoy asustada. ¡Mierda, mierda, mierda! (tranquila, Isabel, tranquila, si te pones nerviosa todo será peor), ¿peor?, nada puede ser peor que no saber quién soy, qué hice en los tres últimos meses. Mi mejor amiga está muerta, un psicópata piensa que es mi amante y no logro hablar con Juan, la persona más importante de mi vida.
- El señor Inciarte al teléfono.
- Gracias Adela, pásemelo.
Dios mío, como puedo creer que lo peor de lo peor es lo que me está pasando a mi, al menos estoy viva. Lo peor sería estar muerta, Clara está muerte, eso es lo peor.
- ¿Isabel?, Isabel ¿estás ahí?
- Sí, Pedro, te escucho. ¿Has terminado en la comisaría?
- Sí, ya estoy en el Hospital Central, me acaban de entregar la autopsia de Clara y...
- ¿Que pasa, Pedro?, ¿qué dice la autopsia?
- ....
- Pedro, contesta Pedro, Pedro ¿qué te pasa?
- No puedo más, Isabel, estoy destrozado.
- Tranquilo, Pedro, tranquilo. Voy para allá ahora mismo.
- Te lo agradezco mucho, Isabel, no sé qué hacer, no sé cómo contarles a mis padres lo que acabo de leer en la autopsia. No puede ser, ella no.
- Espérame, no hagas nada, no digas nada, espérame y entre los dos pensamos qué podemos hacer.
- No sé, Isabel, no sé lo que está pasando. Clara no, ella no, ella, ¡Dios mío!
- Voy a colgar, Pedro, te llamo desde el teléfono móvil y seguimos hablando todo el camino hasta llegar hasta donde tú estás.
- No, Isabel, no conduzcas hablando por teléfono.
- No pienso ir en coche, voy a tomar un taxi. Tranquilízate ¿de acuerdo? Nada puede ser peor que la muerte de Clara, ¡nada!, ¿me oyes?
- Sí, Isabel, hay cosas peores que la muerte. ¡Dios mío!, ella no.
- Tranquilo, Pedro, espérame, no hagas nada, no digas nada, te llamo de nuevo por el móvil ¿de acuerdo?
- ...
- ¿Me estás escuchando?
- ...
- Pedro, Pedro, dime algo, ¿sigues ahí?
¡Mierda! Y ahora qué pasa.
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Aparte de deleitarnos con tu inventiva y narrativa, ¿has pensado en hacer algo más con este material? Lo digo en serio.
ResponderEliminarBesos y versos (bis). ☺
Gracias Luis, muchísimas gracias por tu seguimiento. Ya sabes que me alegra verte por aquí.
ResponderEliminar¿En serio? jajajajaja, sólo estoy haciendo dedos, la novela sale tal cual, sin demasiado esfuerzo. És un ejercicio literario, una forma de gimnasia escritora, que practico cada día antes de entrar en la otra novela, la que tú sabes.
De todas formas, te contaré un secreto, jajajaja, hace unos días me llamaron de una editorial que edita novelas románticas, ya sabes, sensibleras, sensuales, etc. etc. para marujas, jajaja Me propusieron que escribiese para ellos. Pero no quiero, no quiero escribir ese tipo de novelas. De ninguna manera.
Ya veremos en qué queda todo esto. De todas formas, muchas gracias, querido amigo, tu fe es la mía.
Versos y besos, siempre
Me alegra saber que se interesan por tu trabajo. Tu decisión es totalmente respetable, incluso, aunque hubieses aceptado. A mí, no me hubiese agradado verte un día en una novela escrita «al peso». Te imaginas lo que voy a presumir cuando seas una autora de éxito, famosa, reconocida, académica y toda esa parafernalia... ¿Quien sabe?
ResponderEliminarLo digo con cierto aire festivo, pero lo considero muy posible.
jajajajajaja, eres un sol, Luis, ¡madre mía!, pero te voy a decir algo ¡tienes razón, jajajajajja Estoy escribiendo una novela que querrá leer todo el mundo, jajajajajaja.
ResponderEliminarEs posible que el famoso seas tú, espero que cuando lo seas sigas siendo mi amigo ¿vale?
Ya lo verás. Versos y besos, amigo mío.