domingo, 18 de septiembre de 2011

Ayer y hoy (20)


20

Tengo que plantear una estrategia de aproximación a mi misma, a los demás, a lo que está pasando, a esta mezcla de sueño y realidad, a esta espiral incomprensible en la que estoy desde ayer, desde hoy, desde no sé cuando, tal vez desde siempre. Tengo que superar estas sensaciones que amenazan con destruirlo todo, con destruirme, con llevarme al infernal silencio de los muertos (no te pongas catastrófica que no es tu estilo) y tú qué sabrás (yo lo sé todo, querida, todo), puedes hablar todo lo que quieras no te haré caso.

Entraré en la oficina sonriente, decidida, despreocupada, no quiero que nadie descubra cómo me siento. Encenderé el ordenador, leeré los mensajes y llamaré a Juan, necesito llamar a Juan, escuchar su voz, saber que sigue ahí. Luego llamaré a Clara, tengo que hablar con Clara, ella es mi mejor amiga, seguro que comprende lo que me pasa (jajajajaj, no me hagas reír, jajajajaja, cuando llegues al despacho no tendrás tiempo de pensar y te olvidarás de todo, incluso de mi, sólo vives para trabajar, eso es lo que te pasa), ¡cállate!, ni se te ocurra entrar en el despacho. Además, lo primero que voy a hacer nada más entrar en el despacho es llamar a Juan. Mejor aún, llamaré desde el móvil.

No lo encuentro, en el bolso no está mi móvil, me lo he dejado en casa, no importa, llamaré a Maite, seguro que ya está en casa es la hora. Eso es, llamaré a casa y le diré que busque mi móvil y me lo envíe a la oficina. Pero antes, lo primero de todo es llamar a Juan, llamaré desde el teléfono fijo.

- El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento.

No importa, llamaré a su oficina. Debo tener el teléfono de su nuevo trabajo por algún sitio. Efectivamente, aquí está.

- Despacho de Juan Delavert ¿en qué puedo ayudarle?
- ¿Puedo hablar con él?
- ¿Sobre qué tema quiere hablar con él?, ¿cuál es su nombre?
- El señor Delavert me conoce, sólo debe decirle que Isabel Mendoza quiere hablar con él, que necesita urgentemente hablar con él.
- Lo siento, señorita Mendoza, pero no está en su despacho en este momento.
- ¿Cuándo volverá?
- No sabría decirle. Ha tomado vacaciones precisamente ayer.

Le llamaré al móvil de nuevo.

- El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento.

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