martes, 6 de septiembre de 2011

Ayer y hoy (11)


11

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, que diría Monterroso. El dinosaurio, la incertidumbre, el miedo, el dolor, la ansiedad, todo sigue aquí . No, éste no es el cuento más breve del mundo, todo lo contrario, ésta es una historia increíblemente larga, me parece que no tiene final. Estoy aquí, sola, en una habitación que recuerda a una habitación de hospital si no fuese porque estoy sola. Hay dos puertas, pero no hay ventanas. ¿Dónde estoy?, ¿cuánto tiempo llevo aquí?

Tengo la boca pastosa, el chichón ha desaparecido, las piernas no me duelen y... chan-ta-chán ¡puedo moverlassss!. La habitación en la que estoy está pintada de blanco y... ¡blanco!, todo es blanco, como en el sueño. Eso es, he tenido una especie de sueño-pesadilla, surrealista. Lo recuerdo perfectamente, es el mismo sueño que tuve cuando me aperaron de amigdalitis. Pero... no, no me han cortado las orejas. Mis orejas siguen en su sitio.

Necesito ir al baño, quiero mirarme en el espejo; ¿habrá un baño en esta habitación? Hay dos puerta, una de ellas tiene que ser el baño. Me bajaré de la cama y lo comprobaré. Las piernas me aguantan, puedo caminar y camino.

Esta puerta está cerrada, no hay forma de abrirla está cerrad por fuera. Veamos la otra. Sí esta puerta se abre, es el cuarto de baño. Pero entonces... ¡Mierda, mierda, mierda!, estoy encerrada. ¿Por qué estoy encerrada?, ¿quién me ha encerrado? ¿Es o no es un hospital el lugar en el que me encuentro?

Tengo que recodar, eso es, recordar (vamos, Isabel, tienes que hacer un esfuerzo) Recuerdo que me desperté ayer, bueno ayer o cuando sea, me desperté tras una noche loca, la noche más loca de todas las noches locas que no recuerdo. Me desperté y encontré un muerto en mi cama, luego todo se complicó de repente: ¡Estamos!, la cartera-maletín, las piernas, el chichón, la calavera dentro del frigorífico, la ambulancia, la policía.

La policía, eso es, la policía, ¿que fue lo último que escuché antes de perder la noción del tiempo? (recuerda, Isabel, recuerda, haz un esfuerzo). Sí, eso es, ¿dijeron que no habían encontrado el muerto en mi dormitorio? Sí, algo así. No me lo puedo creer, pero entonces ¿dónde está el muerto?, ¿quién era el muerto?, ¿estaba muerto realmente? Tengo que seguir pensando, pero antes... entraré en el cuarto de baño, bueno en este cuchitril, con la baza, el lavabo, el espejo, y

- ¡Aaaaaaaahhhhhhh!

2 comentarios:

  1. ¿Que estarás maquinando? La tortura, el maltrato, el acoso..., son delito en este país. ¿Habías pensado en eso?
    Saludos
    PD: ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

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  2. jajajajajaajajajaja. ¿De verdad?, cómo es posible que eso sea delite y, sin embargo, ¿está a la orden del día? Yo pensaba que era lo normal. jajajajaj. En fin, Luis, qué te puedo decir que ya no sepas. Un abrazo

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