martes, 18 de octubre de 2011
Ayer y hoy (47)
47
Esto no me puede estar pasándo a mi. Estoy soñando, ahora si que estoy soñando (tienes que actuar con rapidez, Isabel, dale una patada en donde más le duela y quítale la pistola, tú puedes hacerlo) pero es real, esto es real y estoy asustada. Seguro que Juan estará haciendo algo, pero qué puede hacer, nada. Soy yo la que tengo que actuar, yo la que tengo que reaccionar antes de que sea demasiado tarde (haz lo que te estoy diciendo, hazlo ya), debo ganar tiempo como sea. Ya está, pondré en marcha una idea que...
- Pero, ¿de verdad quieres matarme? No me lo puedo creer, jajajaja.
- Y ahora por qué te ríes
- Jajajajaja, cómo no voy a reírme, es para partirse de risa. ¿Es que no te gusta jugar? Eres un sádico y yo sólo te estoy poniendo en bandeja un juego. jajajajaja
- ¡Serás zorra! Esos ojos son tus ojos, ahora sí, ahora eres la de antes, la de siempre. Pero... ¿por qué todo esto?
- Jajaajajaja. Te conozco y sé lo que te gusta. Seguro que esa pistola no es de verdad y que has traído las esposas, ¿a que sí?, jajajajaja
- La pistola es de verdad, muñeca, y las esposas también y sí, es cierto, las he traído. ¿Quieres jugar? Pues vamos a jugar en serio.
- Jajajajajaj. Entonces... ¿por qué estamos perdiendo el tiempo? Juguemos de una vez. Jajajajaja, tengo una idea que te va a volver loco, jajajajaja
Tengo que seguir así, intentando engañarle, representar la pose de mujer fatal. Por las fotos que he visto de él con Clara, eso es lo que le gusta. Él con Clara, ¡Dios mío!, entonces... ¿por qué dice que no la conoce?
- Jajajajaj, sádico, que eres un sádico, seguro que yo no soy la primera ni la única con la que practicas este tipo de juegos ¿a que no? jajajajaja
- ¿Celosa?, no te pega nada. Es que no recuerdas que...
- Déjate de palabras y vamos a jugar. Saca las esposas que quiero esposarte a la cama.
- Eres muy graciosa, muñeca, aquí el que pone las esposas soy yo.
- ¿No quieres cambiar? Sería divertido que yo...
- Que tú ¿qué? No estarás volviendo a las andadas. Seguro que quieres esposarme a la cama para salir corriendo y dejarme aquí tirado. Ni se te ocurre, me oyes, ni se te ocurra.
- Jajajaajaja, que bien actúas, estás interpretando el papel a las mil maravillas. jajajaja
Esto no está saliendo bien. Si sigo así lo único que conseguiré es que me espose a la cama y entonces estoy perdida (es cierto, Isabel, tienes que volver al plan que te he propuesto antes, pégale una buena patada y quítale la pistola), tendré que intentar algo diferente.
- De acuerdo, ponme las esposas. Acércate, aquí tienes mis muñecas.
- Vale, pero antes, abriremos la puerta porque me está entrando hambre.
- De acuerdo, como quieras.
Ahora, tengo que actuar ahora (dale una buena patada, quítale la pistola y sal corriendo, no permitas que sea él el que abra la puerta, actúa, rápido, ahora), sí eso es lo que haré.
- Toma, hijo de puta, eso es lo que te mereces.
- Pero... ¿qué haces?, qué dolor.
- Duele, ¿verdad?, a qué sí. Y ahora no te muevas que esta vez vamos a jugar a mi manera. A ver, dónde tienes las esposas. Sí, aquí están.
- Ni se te ocurra, hija de puta. Pero, por qué me pones las esposas, eres tú la masoquista, yo soy sádico, ¿no lo recuerdas?
- Pues me he cansado de ser masoquista, ahora quiero ser sádica. Así estarás muy bien. Y no te muevas, mira lo que tengo en la mano. Si te mueves te mato
- No lo dices en serio. Y ahora ¿a dónde crees que vas?
- A por la cena, ¿no dices que tienes hambre?
Abriré la puerta y echaré a correr, eso es lo que haré. Tengo que actuar, rápidamente. Cerrar la puerta y ganar tiempo. Ya está.
- No te muevas, si sales por esa puerta te buscaré y te haré la vida imposible, preferirás estar muerta.
- ¡Cállate!
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Una chica con pistola... ¡Hummm! Peligroso, peligroso...
ResponderEliminarBesos
jajajajaja, pero es prestada, jajajaja En fin, ya veremos en qué para todo esto, jajajaj. Besos
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