jueves, 6 de octubre de 2011

Ayer y hoy (37)


37

Es tremendo tener que utilizar un hotel teniendo mi propia casa. Sin embargo ha sido una buena decisión (tienes razón, Isabel, por una vez estoy totalmente de acuerdo contigo), así podré descansar tranquila, pensar, buscar una solución a todo lo que está pasando. Sé que estoy huyendo pero ha sido un día demasiado duro y no puedo consentir que nada ni nadie me impida poner orden en el caos.

- Buenas noches. Me llamo Isabel Inciarte, ¿hay una habitación reservada a mi nombre?
- Buenas noches, señorita Inciarte. ¿Me permite su documento de identidad?
- Si, claro.
- Correcto! Aquí tiene sus llaves, habitación quinientos veinticinco, el desayuno de siete a nueve y el ascensor está enfrente.
- Gracias. Despiérteme a las siete de la mañana, por favor,
- Un momento por favor, señora Inciarte, tengo un mensaje para usted y en el bar hay una persona que la espera.
- ¿A mí? Debe ser un error, yo no espero a nadie.
- Ella me dijo que era urgente.
- ¿Ella?, ¿una mujer?
- Corecto, una mujer, me dio el mensaje que acabo de entregarle y me dijo que era muy urgente.
- Me dijo que ella me estera en el bar.
- Correcto. El bar está justo enfrente. Atraviese el pasillo y lo verá.
- Gracias de nuevo.
- Que pase una buena noche.

¿Quién puede ser? No sé qué mujer puede estar interesada en hablar conmigo con tanta urgencia. ¿Por qué no me ha llamado por teléfono? Lo voy a descubrir inmediatamente. Le dije a Adela que no quería ver a nadie, hablar con nadie.

- ¡Adela! ¿Qué haces aquí?
- Lo siento, señorita. Espero no haberla molestado. Ya le dije que hoy no tenía niños y podía dedicarle el tiempo que necesitase.
- No tenía que haberse molestado. Además, tengo que descansar. Trabajaré cuando vuelva al despacho. Ni siquiera he podido leer sus informes. Pensaba leerlos ahora.
- ¿No los ha leído? Estupendo.
- ¿Por qué?, ¿qué pasa?
- He descubierto que en uno de los informes hay errores importante. Creo que lo mejor es que me los devuelva, los corrija y se los dé cuando estén listos.
- ¿Qué le pasa, Adela, la noto nerviosa?
- Estaba preocupada. Los informes están incompletos y tenía una gran preocupación de que los hubiese leído y sacado conclusiones erróneas.
- ¿De qué conclusiones me habla? No sé si comprendo bien lo que me quiere decir. Pero, de todas formas, ¿podía haberme llamado por teléfono?, ¿por qué no me llamó?
- Quería hablar con usted en persona. Pasé por el despacho, pensaba que habría vuelto allí a trabajar en el expediente Hurtado, al no encontrarla allí decidí venir al hotel. Ya le he dicho que hoy no están conmigo los niños y...
- Sí, de acuerdo, todo eso está muy bien, pero... insisto, a usted le pasa algo.
- Ya se lo he dicho, lo que pasa es que estoy muy nerviosa y...
- Ya veo que está muy nerviosa, pero no estoy muy segura de que sus nervios sean únicamente porque quería avisarme de que el informe Hurtado no estaba completo. Además, ya me dijo en el despacho que faltaban unos papeles que tenía don Luis. Es lógico que no haya incluido la información relacionado con esos documentos.
- ....
- Pero... ¿qué la pasa? Está temblando. ¿Ha comido? Yo me muero de hambre ¿quiere que cenemos juntas?
- ...
- Adela, Adela, ¡Adela!, ¡Mierda!

2 comentarios:

  1. Yo también voy a cenar, que ya es hora.
    Me tienes admirado por la cantidad de trabajo que eres capaz de generar. Además con una calidad innegable.
    Besos y versos.

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  2. Gracias Luis. Ya sabes cuánto agradezco tu apoyo permanente.
    Pues sí, no lo niego, soy una curranta, jajajaja, he trabajado siempre mucho, no valgo para otra cosa (atracar bancos, robar, ya sabes) jajajaja. Trabajo y además, debo ser masoquista, porque me gusta trabaja. Lo de la calidad lo pones tú, son tus ojos, amigo.
    Besos y versos.

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