sábado, 3 de diciembre de 2011

Ayer y hoy (56)


56

Tengo que ordenar mi mente, tranquilizarme, entender lo que está pasando, descubrir qué es lo que busca la policía en mi lugar de trabajo (yo creo, Isabel, que todo esto tiene que ver contigo, con lo que no recuerdas, con lo que ha pasado cuando no estabas aquí o estabas aquí sin que ahora recuerdes que estuviste). Sí, eso debe ser, en este tiempo que no recuerdo debe estar la clave para entender lo que sucede ahora.

- Señorita ¿la pasa algo?, contesté ¿qué la pasa?
- ...
- ¿Necesita ayuda?, está pálida.
- Pero... ¿qué hace?, ¡no me toque!
- De pronto se ha quedado inmóvil y estaba pálida, pensé que le pasaba algo.
- ¿Le parece poco lo que me pasa? Necesito salir, hablar con mi secretaria, ir a la sala de reuniones a buscar un expediente y usted me tiene aquí encerrada.
- Lo siento señorita pero cumplo órdenes, no puede salir de aquí. Si necesita algo dígamelo y un compañero mío irá a buscarlo. Llame a su secretaria si quiere, pero no puede andar por ahí.
- Pues justo ahí tiene la respuesta. Lo que me pasa que estoy retenida contra mi voluntad y no sé por qué.
- No está retenida contra su voluntad, usted quiso subir aquí a pesar de que sabía las condiciones. Además, es libre, simplemente no puede andar por las dependencias de la oficina porque interrumpiría la investigación que se está llevando a cabo.
- ¿Qué investigación?, ¿por qué?, ¿qué buscan aquí?
- Ya le he dicho más de lo que le podía decir. Esas preguntas se las responderá mi jefe cuando lo crea conveniente. Ahora haga las llamadas que necesite hacer y cuando termine volvemos a bajar a la calle y ya está.
- De acuerdo, ¿puede decir a mi secretaria que venga?, ¡por favor!
- Es mejor que la llame por teléfono, yo no me puedo mover de aquí.
- No hace falta que se mueva de la puerta, simplemente la abre y le dice a la persona que está sentada junto a la mesa, en el despacho que está a la entrada, que venga, que quiero hablar con ella.
- No insista, señorita, es mucho mejor que le llame por teléfono usted misma y le pida que venga aquí.

Tal vez los teléfonos estén intervenidos. Sí eso debe ser, quieren tener el control sobre todo lo que pasa en la oficina. Por eso insiste en que llame por teléfono. Pero yo no tengo nada que ocultar, puedo llamar sin ningún problema. Eso es lo que haré.

- Adela, por favor, ven a mi despacho.
- Lo siento, pero Adela no está.
- ¿No está?, ¿dónde está?
- No lo sé, yo soy la nueva.
- ¿Qué nueva?, mi secretaria es Adela ¿quién la ha destinado a este puesto de trabajo?, ¿dónde está Adela?, ¿qué pasa?
- Yo no sé nada de eso. Entré a trabajar aquí hace un par de semanas y hoy me ha dicho mi jefe que viniese a sustituir a Adela porque ella no estaba y usted vendría tarde.
- ¿Su jefe?, ¿quién es su jefe? No comprendo nada.
- Mi jefe es el señor Miguel Hurtado, él es el que me contrató.
- ¿Miguel Hurtado es su jefe?
- Sí, así es, él me pidió está mañana que viniese aquí. Luego llegó la policía y...
- ¿Qué más?, ¿qué más le ha pedido el señor Hurtado que haga?
- Lo siento, señorita, pero no se lo puedo decir.
- ¿Por qué no me lo puede decir?
- Compréndalo, a mi me ha contratado el señor Hurtado y lo que él me mande hacer sólo se lo puedo decir a él.
- ¡Esto es el colmo!, llame inmediatamente a mi secretaria a su casa.
- Eso tampoco podrá ser. Llevo llamando toda la mañana a su secretaria (por indicación del señor Hurtado) pero en casa de Adela no contesta nadie al teléfono.
- No importa, yo misma la llamaré al teléfono móvil. Usted vaya a la sala de reuniones y tráigame el expediente Hurtado, por favor.
- Lo siento, pero ese expediente se lo he llevado al señor Hurtado esta mañana, lo tiene él ¿quiere que se lo pida?

2 comentarios:

  1. Resulta que continúa y yo sin enterarme. Hasta te lo he reclamado en el Facebook. Lo mío no tiene arreglo.
    Veo que, no solo continúa la intriga, sino que va en aumento.
    Me agrada el regreso.
    Salud y República

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  2. Gracias Luis por regresar tú también. Ahora es cunado empieza la novela de verdad, porque ya va ella sola, no me deja hacer lo que yo quiere, es ella la que hace lo que quiere, jajaja. Versos y besos

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