lunes, 12 de diciembre de 2011

Ayer y hoy (60)


60

Juan tampoco contesta, ni siquiera puedo conectar con su teléfono móvil. Me siento encerrada en una tela de araña, en una burbuja que no me deja respirar, no sé lo que está pasando con mi vida, con mi trabajo, con todo. No me queda más remedio que hablar con Hurtado, tal vez él me pueda explicar lo que está pasando aquí. Además, le pediré el expediente que lleva su nombre. Pero antes, hablaré más despacio con la sustituta de Adela.

- Por favor, ¿puede venir a mi despacho?
- Claro, ahora mismo.
- Gracias, pero antes, llame al señor Hurtado y dígale que haga llegar a mi despacho el expediente que lleva su nombre.
- De acuerdo. ¿Prefiere que vaya yo a buscarlo y se lo lleve a su despacho?
- No, prefiero que hagas lo que te he dicho: llama a la secretaria de Hurtado y le dices que nos traiga el expediente.
- Lo siento, pero eso no puede ser.
- ¿Por qué no puede ser?
- Porque la secretaria del señor Hurtado era yo y él me pidió que viniese aquí porque su secretaria no había venido a trabajar, ni usted tampoco ¿no lo recuerda? Se lo dije antes.
- Es cierto, tienes razón, lo había olvidado. Entonces, será mejor que vaya usted al despacho del señor Hurtado, le pida el expediente y luego venga a mi despacho ¿de acuerdo?
- Lo que usted mande, señorita.

Seguiré llamando a Juan y a Adela, necesito contactar con los dos.

- Oiga, señorita, ¿le falta mucho? Los registros se están terminando y nos tenemos que ir a Comisaría.
- ¿Cómo que nos tenemos que ir?, ¿yo también?
- Claro, usted también. Todos los trabajadores tienen que pasar a declarar por comisaría.
- ¿Y tiene que ser hoy, ahora?, ¿no puede ser mañana?
- Efectivamente, no puede ser mañana, tiene que ser hoy.
- Pero podrá ser por la tarde ¿no?, quiero ir a la casa de mi anterior secretaria para ver si está bien, no me coge el teléfono y estoy preocupada.
- Lo siento, pero tengo órdenes de llevarla a usted a comisaría cuando terminemos aquí. Y no se preocupe por su secretaria que está bien.
- ¿Y usted cómo lo sabe?
- ...

Por qué no me contesta, este tipo dice que mi secretaría está bien ¿por qué dice eso? ¿Será que ella también está en comisaría? Debe ser muy gordo lo que ha pasado aquí para que todo el mundo tenga que ir a declarar. La policía está realizando un registro en toda regla. Pero... ¿y mi ordenador?, ¿se han llevado también mi ordenador?

- No me mire así, ya sé lo que quiere saber, la respuesta es sí, nos hemos llevado todos los ordenadores de estas oficinas.
- Pero ¿por qué?, necesito que alguien me dé una respuesta. Llame a su jefe, por favor, quiero hablar con él.
- De acuerdo, le llamaré, pero no creo que quiera, sus órdenes fueron claras: hablaré con ella en la comisaría.
- No iré a comisaría sin saber qué está pasando y por qué tengo que ir.

Por mucho que lo piense no se me ocurre nada por lo que la policía esté aquí. Todos los expedientes en los que he estado trabajando son claros, transparentes (recuerda, Isabel, que no recuerdas nada de lo que ha pasado las últimas semanas), es cierto, eso debe ser. Pase lo que pase aquí está pasando desde que no recuerdo haber estado aquí. ¡Dios mío!, esto puede ser peor de lo que parece.

- ¿Puedo pasar?
- Sí, claro, pase.
- Lo siento, señorita, pero no he podido encontrar el expediente Hurtado, tampoco estaba el señor Hurtado, me ha dicho la policía que se lo han llevado detenido.
- ¿Detenido?
- Eso me han dicho, y yo... ¿qué va a pasar conmigo?, acabo de entrar a trabajar, qué mala suerte, señorita.
- ¿Cómo se llama usted?
- Alicia, me llamo Alicia Pérez.
- No llore Alicia, usted no tiene nada que temer. Ya lo verá.

¿Se han llevado detenido al señor Hurtado?, aquí pasa algo muy gordo y yo sin enterarme de nada. Quisiera recordar, saber lo que he hice las últimas semanas.

- Mi jefe al teléfono, señorita, puede hablar con él.

2 comentarios:

  1. Sigo leyendo por una simple razón: me gusta.
    Besos novelados (todo junto o separado) Jajaja

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  2. Gracias Luis, muchas gracias. Pues, si te digo la verdad, no sé si me gusta a mi. Pero seguiré viendo a dónde me lleva todo esto. Versos y besos

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