sábado, 10 de diciembre de 2011

Ayer y hoy (59)


59

Llamaré a Adela, tengo que saber qué le pasa, por qué no ha venido a trabajar. Si se encuentra mal, si está asustada (lo estaba anoche) iré yo a su casa, si quiere, para ayudarla, pare prestar más atención a sus preocupaciones. Tal vez, incluso, tengan algo que ver con todo lo que está pasando hoy aquí.

El teléfono ya habrá cargado lo suficiente para poder llamar o, al menos, buscar el número de teléfono privado de Adela y llamarla desde el teléfono fijo, no me gusta utilizar el teléfono móvil cuando se está cargando. Mejor aún, buscaré el teléfono de Adela en el la libreta de anotaciones que tengo en el cajón.

Pero... ¿esto qué es?, no hay nada en los cajones, ni las libretas de anotaciones, ni el dietario, ni los documentos privados, nada, de nada (anda con mucho cuidado, Isabel, es posible que se lo haya llevado todo la policía, también es posible que hayan intervenido tú teléfono, ten cuidado con lo que dices); yo no tengo nada que ocultar, puedo hablar con quien quiera y lo que quiera (¿estás segura?, no recuerdas lo que has hecho últimamente ¿cómo sabes que no has hecho algo tan terrible que repugna a tu conciencia y por eso lo quieres olvidar?); no, no puede ser, eso no es posible. ¡Dios mío!, tengo que llamar a Adela, la llamaré desde el móvil, allí tengo su teléfono de casa. Sí eso, haré.

- ¿Qué sé cree que está haciendo?
- Busco un teléfono en el móvil para llamar a mi secretaria, dado que al parecer hoy no ha venido a trabajar, ¿algún problema?
- Puede buscar los teléfonos que quiera en su móvil, pero no puede hablar por teléfono desde el móvil, ¿entendido? Llame desde el teléfono del despacho, que además es más barato ¿vale?
- Pero ¿qué dice?, llamaré desde mi teléfono móvil si quiero, estaría bueno.
- Usted llamará desde dónde yo le diga o no llamará.
- ¡Esto es el colmo!
- Deme el teléfono móvil, que yo busco el teléfono que quiera.
- No, eso ni hablar, mi teléfono es mío y no se lo dejo a nadie, a no ser que me lo diga un juez.
- Está bien, usted gana, busque los números que quiera, pero no intente llamar por teléfono desde el móvil, porque si intenta llamar por teléfono desde el móvil le pondré las esposas y la llevaré detenida a la Comisaría y allí le podrá explicar al sargento eso del juez ¿me ha comprendido?
- ...
- Así me gusta, calladita. Busque los teléfonos que quiera, pero llame desde el teléfono del despacho, no desde el móvil.

Está claro que el teléfono del despacho está intervenido. Por eso no quiere que llame desde el móvil. Lo que no comprendo es por qué me han dejado subir, por qué no me han dicho nada del caso, por qué me han puesto a una persona para que me vigile. Llamaré a Adela de todas formas.

- ¿Qué pasa?, ¿no contestan?
- ...
- No hace falta que me diga nada, ya veo que su secretaria no contesta.
- ...
- Y ahora se pone digna, la muy...
- No me insulte, si me insulta se las tendrá que ver con los tribunales.
- Me hace gracia que hable usted, precisamente, de llevarme a los tribunales. La que irá a los tribunales será usted y toda esta pandilla de señoritingos de esta torre de cristal.
- Si me acusa de algo ¿dígame de qué?, ¿cuénteme lo que está pasando?, ¿dígame si tengo que llamar a un abogado?, de lo contrario hágame el favor de no hablarme en la forma que me está hablando o le denunciaré por agresiones.
- ...

Llamaré a Juan, tengo que llamar a Juan. No puedo dejarle al margen de esto.

2 comentarios:

  1. ¡Pero desvela algo que me tienes en ascuas! Acabaré paranoico. Como si lo estuviese viendo. Jajaja.
    Besos misteriosos (Jajajaja)

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  2. Gracias Luis, muchas gracias. Paciencia, amigo, las cosas son así, jajajaj, la chica está tan perdida como yo, ya nos encontraremos. Versos y besos mistéricosos, jajajaja

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