miércoles, 31 de agosto de 2011

Ayer y hoy (5)


5

Tengo que hacer algo, necesito hacer algo, pero qué puedo hacer, nadie responde a mis gritos y no sé si es peor el silencio o los ruidos. Estoy aquí, en el suelo, tengo un enorme chichón en la cabeza, me duelen las piernas, apenas puedo moverme, sigue siendo de noche y sólo veo un diminuto haz de luz que sale de la nevera y se estrella contra la pared. La puerta de la nevera está casi cerrada y no sé si el dichoso maletín-cartera sigue ahí dentro o no. Pero eso es lo que menos me preocupa en estos momentos.

Tengo que hacer algo, necesito hacer algo, ¡Estamos! debe haberse marchado ya y yo sigo viva, pero no sé la hora que es ni cuánto tiempo tardará en amanecer. Debo llegar como sea hasta el interruptor de la luz y luego hasta el teléfono fijo, el móvil lo tiró ¡Estamos! por la ventana, lo recuerdo bien. Además, también recuerdo que... ¡mierda, hay un muerto en mi cama! Tengo que llamar a la policía y a Juan, no importa si no me creen, llamaré de todas formas. Tengo que llamar también a urgencias.

Tengo que hacer algo, necesito hacer algo, lo que sea, algo, cualquier cosa menos quedarme aquí. Me arrastraré, eso es, iré arrastrándome hasta la puerta. Pero dónde está la puerta. Vamos a ver, Isabel, piensa Isabel, piensa: si la nevera está ahí, la puerta tiene que estar enfrente y junto a la puerta está el interruptor de la luz. Eso es, me siento (bien Isabel, bien ya estás sentada), me arrastro moviendo el trasero (como hacíamos en las clase de educación física) y avanzo (muy bien Isabel, magnífico) y llego a la puerta (¡bién!). Aquí estoy, al lado de la puerta, ahora intentaré ponerme de pié. ¡Mierda, mierda, mierda!, esto es imposible, no puedo, el dolor que tengo en las piernas me impide cualquier movimiento (no llores Isabel, ni se te ocurre llorar, tu eres fuerte, muy fuerte, sigue adelante)y no puedo, no puedo ¡joder!

Tengo que hacer algo, necesito hacer algo. Estiraré un brazo, lo deslizaré por la pared al tiempo que empujo con todas mis fuerzas (eso es Isabel, así, sigue así) y ya está, la luz encendida. Ahora lo importante es llegar al salón para poder llamar por teléfono. Pero tengo sed, tengo mucha sed, iré a la nevera, la abriré, beberé agua fría (no podré calentarlo, eso sería un esfuerzo imposible de realizar) y luego con fuerzas renovadas iré al salón para llamar por teléfono. Eso es, estupendo (vamos Isabel, tú puedes) avanzo, puedo avanzar, me pongo de lado, llego a la nevera, abro la puerta y...

- Aaaaaaaaahhhhh

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